Capitulo 5 Te amo… pero no te espero


Hoy pensé en Mr. Jay.
No sé si fue el clima, la falta de sueño, o ese vacío que se activa cuando el mundo está en silencio.
Simplemente vino a mí.
No con rabia, ni con deseo, sino con esa tristeza honda que aparece cuando ya hiciste todo el duelo… pero igual duele.

Pensé en lo bien que nos veíamos juntos.
En cómo, sin esfuerzo, nos entendíamos con una sola mirada.
En la forma en que me hacía sentir que sí se podía,
que el amor era posible,
que no todos los caminos terminaban en abandono.

Y aún así, terminamos.
No con gritos ni finales épicos.
Terminamos con esas muertes pequeñas que nadie ve.
Las que ocurren cuando uno se cansa,
y el otro ya no escucha.

Con él soñé cosas que ya no deseo con nadie más.
Una boda sencilla.
Una familia.
Un hogar.
Una vida donde mis domingos no dolieran.
Él era mi plan.
Yo me imaginaba su apellido junto al mío.
Y sin embargo… hoy no tengo ni su número guardado.

"¿Y ahora qué hago sin él?"
Me pregunté hoy.
Y al mismo tiempo supe que era una pregunta vacía.
Una pregunta de esas que el corazón hace cuando no quiere aceptar que el amor también se puede quedar atrás.

Lo que más duele no es que ya no esté.
Es que aún lo amo,
y aun así sé que no debemos volver.

Escuché esa canción.
La de Thalía y Romeo Santos.
La que dice “no, no, no… no quiero nada contigo.”
Mentira.
Sí quise todo contigo.
Solo que ya no quiero volver a lo que me rompió.

Porque amarte me costó pedazos de mí.
Y reconstruirme ha sido la batalla más difícil.
He aprendido a vivir sin tus mensajes,
sin tus promesas,
sin tu voz que decía “todo va a estar bien”
mientras todo caía a pedazos.

Te amo, sí.
Te amé más de lo que he amado a nadie.
Pero ya no te espero.
Porque si volvieras…
yo no volvería.
No porque te haya olvidado.
Sino porque me elijo a mí.

Y si algún día nos volvemos a encontrar,
que no haga falta decir nada.
Solo mírame.

Quizás no recuerdes todo,
pero yo sí.
Recuerdo cómo se sentía reír contigo.
El brillo en tus ojos cuando me creías sin miedo.
Ese instante exacto en el que pensé:
“Esto podría ser para siempre.”

No sé qué seremos mañana,
ni si volveremos a coincidir.
Pero si alguna vez te preguntan por mí,
di que aún me piensas cuando suena cierta canción.
Que hubo una mujer que te escribió con el alma.
Y que su amor… nunca se dijo en voz baja.

Te amé.
Te pienso.
Y aunque no te espero…
aún te escribo.

Comentarios

Entradas populares