Capitulo 14 Euforia, Negro Camino to: Mrs Jay
Estoy escuchando “Negro Camino” de Euphoria…
y por primera vez en mucho tiempo, me dejo caer.
No quiero fingir que estoy bien.
No quiero hacerme la fuerte.
Solo quiero permitirle a esta tristeza hablar con su propia voz.
Hoy me sentí frágil.
Tan frágil que el mundo me pareció inmenso… y yo tan sola.
Y aunque intenté sostenerme, hubo un momento en el que solo deseaba una cosa:
tus brazos.
Ese lugar al que solía correr cuando todo dolía.
Ese espacio donde podía ser pequeña, cansada, rota…
y aún así sentirme amada.
Y quise hacerlo.
Quise escribirte, llamarte, pedirte que me abraces, que me sostengas.
Pero no lo hice.
Porque por mucho que me duela, elegí respetarte.
Te amo, Mr. Jay.
Y por ese amor, no quiero convertirme en una sombra que aparece solo cuando el día se oscurece.
No quiero volver a ti solo cuando estoy mal.
Eso no sería justo contigo… ni conmigo.
¿Cuántas veces uno se guarda el impulso por amor verdadero?
¿Hasta qué punto se puede resistir el deseo de volver, cuando el cuerpo entero pide rendición?
Y aquí estoy ahora.
Escuchando esta canción boliviana, que me habla como si supiera cada detalle de esta historia.
Negro camino.
Así se siente caminar lejos de ti.
Con los pies llenos de dudas, el pecho lleno de amor, y las manos vacías.
Me siento como si me hubiera arrancado a mí misma del único lugar donde alguna vez sentí paz.
Pero me fui.
Y lo hice con dignidad.
Porque aprendí que a veces amar es también no pedir que te salven.
Es sanar sola… aunque duela.
¿Será este el verdadero amor? ¿El que se contiene, se guarda, se calla para no dañar?
¿Y si amar también significa alejarse para que el otro no cargue con tus ruinas?
¿Es egoísta querer volver cuando lo único que quieres es un poco de paz?
Pero no te voy a mentir:
Te extraño.
Extraño tus brazos, tus silencios, tu forma de mirarme como si todo estuviera bien.
Y sé que nadie puede suplantar eso.
Porque tus abrazos no eran cualquiera.
Eran hogar.
Eran escape.
Eran todo.
Pero ya no los tengo.
Y aunque el camino ahora esté oscuro,
aunque me duela cada paso,
sigo caminando.
Por amor.
Por respeto.
Por mí.
Y por ti también, aunque nunca te enteres.
¿Será que algún día me perdones por amarte así, desde lejos?
¿O tal vez… me estés extrañando justo ahora, mientras yo escribo esto y tú intentas no recordarme?
Comentarios
Publicar un comentario