Capitulo 20 Él ganador no siempre se lleva todo ... Leo

Algunas canciones te atraviesan el pecho como si hubieran sido escritas para ti, sin conocerte.
The Winner Takes It All llegó a mí como lo hacen ciertos recuerdos: sin avisar, sin permiso… y con una puntería perfecta.

La canción fue compuesta en 1980 por Björn Ulvaeus, poco después de separarse de Agnetha Fältskog, su compañera en ABBA y también su esposa durante nueve años.
Él escribió la letra.
Ella la cantó.
Con el corazón roto. Literalmente.

Se dice que la primera vez que Agnetha la interpretó en el estudio, no pudo contener las lágrimas.
Y no porque la canción fuera una biografía exacta, sino porque era una despedida real, disfrazada de melodía pop.
Un final elegante para un amor que ya no sabía cómo salvarse.

"I don’t wanna talk..."
decía la primera línea.
Y aun así, lo decía todo.

Hoy la escucho en silencio.
Y sin querer, la canto con mi historia.


"I was in your arms / Thinking I belonged there…"
Estaba entre tus brazos / Pensando que ese era mi lugar…

Sí.
Yo pensé que era mi lugar.
Hasta que un día… dejó de serlo.
Y no fue por una pelea, ni por un error, ni siquiera por otra.
Fue por algo mucho más simple:
él dejó de quedarse.

Cuando el mundo se me vino abajo, él eligió mirar desde lejos.
Y yo, que tenía miedo de caer, terminé cayendo igual.
Pero no morí.
Solo aprendí a pararme sin él.

A veces la vida te obliga a renacer en el peor momento.
En mi caso, tuve que hacerlo justo cuando una nueva vida crecía dentro de mí.
No fue de cuento.
No fue heroico.
Fue real. Crudo.
Como esas cosas que no se publican, pero se sobreviven.


"The winner takes it all / The loser standing small…"
El ganador se lo lleva todo / El perdedor queda de pie, pequeño…

Él siguió su camino.
Yo me quedé con lo que no se ve desde fuera:
las noches, el miedo, la herida, el silencio.
Pero también… me quedé conmigo.

Y eso —lo supe después— fue lo que me salvó.

Lo curioso de ciertas pérdidas es que no matan el recuerdo, solo lo transforman.

A veces me pregunto si él piensa en mí cuando suena una canción,
cuando ve una foto,
cuando alguien le dice algo que yo solía decirle sin pensarlo.

A veces me pregunto si él también… se sigue preguntando.


Porque si hubo algo verdadero,
si en algún momento él también se sintió en casa,
entonces no importa cuántas veces se haya ido…

él sabrá dónde queda el camino de regreso.

Yo ya no estoy donde él me dejó.
Pero tampoco he cerrado del todo la puerta.
Porque tal vez —solo tal vez—
algunas historias no terminan… solo se pausan hasta que los dos estén listos.

Y entonces me pregunto:

¿El amor puede con todo?
¿O hay amores que solo vuelven cuando uno aprende a quedarse?

Comentarios

Entradas populares